Probablemente, se haya vivido la jornada de golf más emocionante de la temporada en un Gecko que no para de crecer. Nervios a flor de piel y tensión máxima durante los últimos 18 hoyos. La vuelta comenzó torcida para el campeón. Pablo firmó dos bogeys en los primeros nueve y cedió el mando de las operaciones a Morgan. Parecía que se tambaleaba, que se le escapaba el torneo, pero fue entonces cuando sacó toda la magia que corre por sus venas. Consiguió un eagle sublime en el hoyo 11 y cazó el liderato empatando con el inglés.
A partir de ese instante, se produjo una maravillosa batalla de golf. Siete hoyos con el cuchillo entre los dientes. Golf de vértigo. Martín y Morgan se fajaron como dos púgiles en un ring. El intercambio de birdies fue fabuloso. Ambos lo hicieron en el 12 y en el 14. Férreo marcaje. En el 15 tomó ventaja Pablo y los dos repetirían birdie de nuevo en el 17. Un bogey final del malagueño provocó el desempate.
Así fue el hoyo de desempate entre Morgan y Martín:
Pablo jugó el playoff de libro. Pese a que venía de hacer bogey en el 18, el malagueño firmó un birdie sensacional en este mismo hoyo. Pegó la madera 3 al centro de la calle y su segundo golpe la dejó a un metro del agujero. Morgan hizo el par después de marcharse al rough de salida y pegar un gran segundo golpe. Su putt de birdie se pasó mucho, pero metió el de vuelta antes de que Martín pateara para birdie. Morgan no es un jugador cualquiera. En 2004 perdió un playoff contra el australiano Mark Hensby para conquistar el John Deere Classic del PGA Tour.